Cuando Silvestre, un muchacho de la tribú de los sirús, relata su sueño-visión al jefe de la aldea, no comprende aún la trascendencia que tal gesto tendrá. Sin pretenderlo, se verá empujado a iniciar una aventura llena de peligros, misterio y traiciones junto a su gran amigo y compañero Uran, un urgmel de las llanuras. Durante su viaje se verán obligados a establecer una tregua con los verguetas, sus eternos enemigos, pues ellos son la única estirpe de Dhulma, el Mundo Vegetal, que conoce el paso a otros mundos. Poco a poco el sirú aprenderá que tal y como dicen las historias, su mundo, Dhulma, no es el único que existe, sino que forma parte de un conglomerado de otros planetas conocidos como los siete mundos de Suria. Comprenderá también la vital importancia de los artefactos de poder, los yibais, y de como su sueño-visión, de hacerse realidad, podría trastornar el equilibrio de los mundos.