Este libro tematiza la conexión entre salud, mente y espiritualidad, revelando una perspectiva integrada del bienestar y el desarrollo personal. Enseñar sobre la salud física y mental es, en esencia, enseñar sobre la vida en su totalidad. Comprender la salud es comprender el principio fundamental de la existencia y la presencia de una fuerza superior que anima todas las formas de vida. La salud es más que la ausencia de enfermedad; es la integridad y el funcionamiento armonioso del cuerpo y la mente. Esta armonía está intrínsecamente ligada a la vida, la chispa vital que impregna toda la creación. El verdadero significado de la salud reside en la comprensión de que Dios, o la Vida Divina, es la fuente de toda existencia. En última instancia, conocer la salud es conocer el principio divino que la sustenta. Muchas personas evitan hablar de Dios o de religión, pero la verdadera religión va más allá de los rituales y las creencias; es la unión consciente del alma con la Divinidad. La palabra "religión", derivada del latín "religare", significa "unir", y esta unión es fundamental para comprender la salud en su plenitud. La vida es la expresión de Dios en todas sus formas y manifestaciones, y esta conexión divina es crucial para alcanzar la verdadera salud y felicidad. El concepto de mente, que a menudo se confunde, es un factor esencial en la salud y la capacidad humanas. La mente gobierna el cuerpo e influye en nuestras acciones y emociones, con el poder de crear tanto el bien como el mal. Comprender la mente va más allá del mero análisis fisiológico; implica reconocer el profundo impacto de los pensamientos en nuestra salud y bienestar. En los últimos tiempos, descubrimientos como el hipnotismo, inicialmente desacreditado, han sido aceptados por la ciencia y han demostrado cómo la mente puede influir en la curación. El poder de la mente subjetiva, que opera constantemente, demuestra la importancia del pensamiento positivo y de la fe. Transformar la vida requiere un cambio de mentalidad, centrarse en pensamientos positivos y renovar la mente para alcanzar la salud y el éxito. El amor, clave de una vida equilibrada, promueve la alegría, la paz y la armonía, eliminando el egoísmo y la enfermedad. Practicar actos de bondad y mantener pensamientos positivos fortalece la mente y contribuye a una vida sana y próspera. La Ciencia Divina ofrece una perspectiva más profunda, enseñando que la vida en su esencia es buena y que la salud es el estado natural del ser. Al alinear nuestros pensamientos con la Ley Divina, podemos restablecer el equilibrio y alcanzar una paz duradera. La verdadera curación trasciende la sugestión mental y se basa en la conexión con la Mente Divina. La presencia de Dios, como Principio de Vida, se siente intuitivamente y está en todas las cosas. La ciencia revela que toda energía, reducida al átomo y al principio etérico, refleja la presencia divina. Dios es la fuente de la salud, y reconocer esta verdad nos permite experimentar una vida más plena y armoniosa. Por último, la práctica de la oración y la meditación, entendidas como comunicación íntima con Dios, son esenciales para la transformación personal. La verdadera oración debe ser una apertura del alma para recibir lo que Dios ofrece, promoviendo la salud y la paz. La contemplación, como forma elevada de oración, ajusta la mente a la verdad divina y provoca cambios positivos, esenciales para crear una vida armoniosa y plena. A.R.Ribeiro. Biblioteca del Nuevo Pensamiento