El Protestantismo, Comparado Con El Catolicismo

El Protestantismo, Comparado Con El Catolicismo
Author: Jaime Balmes
Publisher: CreateSpace
Total Pages: 356
Release: 2015-01-15
Genre:
ISBN: 9781507598047

"La protesta", en contra de la iglesia católica (que terminó por conocerse como "La Reforma Protestante"), la inicia en el siglo XVI (1518), un fraile agustino, alemán, llamado Martín Lutero. Su coraje en contra de la jerarquía eclesiástica, lo fundamenta el hecho de que, Lutero, se opuso a la ejecución de una bula papal, que les otorgaba a los frailes dominicos, la obligación de recolectar en el Sacro Imperio Romano, los recursos necesarios, para la construcción de la Basílica de San Pedro, en Roma, a través de "la aplicación de indulgencias". Martín calificó este "tráfico de influencias", como "la venta indiscriminada de indulgencias", y "la prostitución de la fe, por el gusto por el dinero y la riqueza". En realidad, el Papa León X, le había asignado a los dominicos, tal empresa, por su amistad con el Fraile Dominico Johann Tetzel; en lugar de asignársela a los agustinos, (como se lo había solicitado el propio Martín Lutero), porque temía que estos, le diesen un cause diferente, al dinero recaudado. Esto "le prendió el alma y le inflamó el corazón", a Martín, el cual, víctima de una rabia incontenible, empezó a despotricar en contra de "su iglesia". Como en todo pleito, cada uno de los contendientes, tenía algo de razón. Martín, como todo "buen apóstata", se agarró de cuanto pudo, para desprestigiar a la iglesia católica; y la acusó, de "avara y pagana". Atacó la iconografía católica y ortodoxa; y sus dogmas de fe. Adicionalmente a su reclamo inicial, como hombre religioso; aunque de poca fe, a mas de hipócrita y sinvergüenza; ya se encontraba en "la condición de pecado insoluto", que le reportaba su relación sentimental (sexual) con una monja; (además de que ya era víctima de algunos otros vicios, "mundanos y muy personales", aceptados y muy consentidos, por él); atacó al celibato sacerdotal, declarando pública, su cópula, con semejante mujer. Quemó millones de libros católicos, en piras públicas; y contando con la complicidad y apoyo de otras figuras políticas de la época, (que estaban muy bien relacionadas con aquella organización judía, que después promovería la franc-masonería; y que eran amplia y subrepticiamente subsidiadas, por el judaísmo-sionista; quienes, al ver como una gran oportunidad de atacar a la iglesia católica, la serie de imprecaciones que decía y las barbaridades que hacía, este iracundo monje alemán; se imbuía en todo este desorden y subversión, implícitamente, a través de Juan Calvino, quién fue uno de sus mas activos exponentes); desataron una época de violencia y barbarie, que le hizo tremendo daño, al mundo cristiano centro-europeo. De todo este caos, surgieron toda esa pléyade de "iglesias protestantes"; las cuales, día con día, se subdividen todavía, aún mas.

El Protestantismo, Comparado con el Catolicismo (Tomo II)

El Protestantismo, Comparado con el Catolicismo (Tomo II)
Author: Jaime Balmes
Publisher: Createspace Independent Publishing Platform
Total Pages: 404
Release: 2017-03-17
Genre:
ISBN: 9781544795171

"La protesta", en contra de la iglesia cat�lica (que termin� por conocerse, como "La Reforma Protestante"); la inicia, en el siglo XVI (1518); un fraile agustino, alem�n, llamado Mart�n Lutero. Su coraje, en contra de la jerarqu�a eclesi�stica; lo fundamenta el hecho, de que; Lutero, se opuso a la ejecuci�n, de una bula papal; que les otorgaba, a los frailes dominicos; la obligaci�n de recolectar, en el Sacro Imperio Romano; los recursos necesarios, para la construcci�n de la Bas�lica de San Pedro, en Roma; a trav�s, de "la aplicaci�n de indulgencias". Mart�n, calific� este "tr�fico de influencias"; como,.. "la venta indiscriminada de indulgencias"; y,.. "la prostituci�n de la fe, por el gusto, por el dinero y la riqueza". En realidad, el Papa Le�n X; le hab�a asignado, a los dominicos, tal empresa; por su amistad, con el Fraile Dominico Johann Tetzel; en lugar, de asign�rsela, a los agustinos (como, se lo hab�a solicitado, el propio Mart�n Lutero); porque tem�a, que estos; le diesen un cause diferente, al dinero recaudado. Esto, "le prendi� el alma y le inflam� el coraz�n", a Mart�n: el cual, v�ctima de una rabia incontenible; empez� a despotricar, en contra de "su iglesia". Como en todo pleito, cada uno de los contendientes, ten�a algo de raz�n. Mart�n, como todo "buen ap�stata", se agarr� de cuanto pudo, para desprestigiar a la iglesia cat�lica; y la acus�, de "avara y pagana". Atac�, la iconograf�a cat�lica y ortodoxa; y, sus dogmas de fe. Adicionalmente, a su reclamo inicial; como, hombre religioso; aunque, de poca fe; a mas, de hip�crita y sinverg�enza; ya se encontraba, en "la condici�n, de pecado insoluto"; que le reportaba, su relaci�n sentimental (sexual), con una monja (adem�s, de que ya era v�ctima, de algunos otros vicios; "mundanos y muy personales", aceptados y muy consentidos, por �l); atac�, al celibato sacerdotal; se�al�ndolo, como "hip�crita falsedad"; y declarando p�blica, su c�pula, con semejante mujer. Quem�, millones de libros cat�licos, en piras p�blicas; y, contando con la complicidad y apoyo, de otras figuras pol�ticas de la �poca (que estaban, muy bien relacionadas; con aquella organizaci�n jud�a, que; despu�s promover�a, la franc-masoner�a; y que eran, amplia y subrepticiamente subsidiadas, por el juda�smo-sionista; quienes, al ver como una gran oportunidad, de atacar a la iglesia cat�lica; la serie de imprecaciones, que dec�a; y las barbaridades, que hac�a; este iracundo, monje alem�n; se imbu�a, en todo este desorden y subversi�n; impl�citamente, a trav�s, de Juan Calvino; qui�n fue, uno de sus mas activos exponentes); desataron, una �poca de violencia y barbarie; que le hizo tremendo da�o, al mundo cristiano centro-europeo. De todo este caos, surgieron, toda esa pl�yade de "iglesias protestantes"; las cuales, d�a con d�a, se subdividen; todav�a, a�n mas.Fue as�, como se perpret�, un ataque mas, a la iglesia cristiana; orquestado, por el amo y se�or, del odio y la insidia; manipulando, perversamente, a sus fieles seguidores; y aplicando el principio b�sico, del "divide y vencer�s". Desde entonces, estas sectas, se han apropiado, inapropiadamente; del apelativo, de "cristianas". Violando, expresamente, uno de los principales mandatos, de Jes�s "El Cristo";.. "mant�nganse unidos, para que den testimonio de m�; ante, mi Padre".